En 1569, Gerardus Mercator ideó una proyección cartográfica para elaborar mapas de la superficie terrestre utilizando un tipo de proyección cilíndrica.
Cómo puedes observar, su proyección deforma la distancia entre los meridianos a medida que se acercan a los polos. Esta proyección tampoco respeta las formas de los paralelos, ya que amplía su largo a medida que se acercan a los polos. Si Mercator hubiese utilizado una proyección cilíndrica equidistante, habría solucionado parte del problema.
Su sistema de proyección ha sido el más utilizado desde el siglo XVIII para la navegación, pero como este sistema va distorsionando el tamaño de la Tierra a medida que nos acercamos a los polos, hoy en día los atlas modernos utilizan otras proyecciones cilíndricas para representar los mapamundis. No obstante, la de Mercator sigue siendo la más utilizada para representar toda el área cercana al ecuador y es la que utilizan las aplicaciones de cartografía como Google Maps. Al menos en los planos y en los mapas de gran escala.
En 1987 llegó la revolución: el mapa de Peters
En 1987, Arno Peters, un historiador comprometido con la justicia, defendió un tipo de proyección que ya había sido descrita en 1855 por James Gall. Defendía que la proyección utilizada por Mercator, ofrecía una imagen eurocéntrica del mundo y que se podría tener una intencionalidad política. En la proyección de Mercator, Groenlandia tiene un tamaño similar a África, siendo este continente catorce veces superior en tamaño. Lo mismo ocurre con Brasil y Alaska, cuando Brasil es cinco veces más grande que Alaska. Lo que pretendía Peters era denunciar que tras las distorsiones de Mercator podrían existir connotaciones de superioridad política:
«Mercator presenta una imagen completamente falsa, particularmente con respecto a las tierras no pobladas por blancos. Eso sobrevalora al hombre blanco y distorsiona la imagen del mundo en beneficio del colonialismo maestros del tiempo».
Arno Peters
Es decir…
«Son los países del Tercer Mundo, los estados ex-coloniales, las naciones de los pueblos de color, los que resultan perjudicados por el mapa Mercator. Este mapa es una expresión de la época de europeización del mundo, de la época en la que el hombre blanco dominaba el planeta, de la época de la explotación colonial del mundo, por una minoría de razas de señores blancos, implacables, bien armados, y técnicamente superiores…».
Arno Peters
Aunque la proyección de Peters fue rápidamente difundida en escuelas estadounidenses, ONGs e incluso por la misma ONU, en un intento de corregir la marginación de las naciones en desarrollo, generó un intenso debate entre cartógrafos sobre el uso de la ideología en la cartografía. Teóricamente, la proyección de Peters representa un mundo más solidario, en el que cada estado tiene la proporción que le corresponde geográficamente. El gran inconveniente es que esta proyección, con el objetivo de ser fiel a la escala distorsiona las formas:
Por tanto, ¿resulta útil para la navegación?
Además, el mapa de Peters terminó reproduciendo, aunque sin saberlo, muchos de los supuestos coloniales que estaba criticando, como es la división del mundo en niveles de desarrollo, propia del pensamiento liberal en el contexto de la Guerra Fría.
Del origami a Authagraph
En 1999 el arquitecto japonés Hajime Naruskawa ideó una proyección de mapamundi que refleja fielmente las proporciones reales entre países y regiones. ¿Cómo lo creó? Basándose en la técnica milenaria de plegado de papel (origami) dividió el globo terráqueo en 96 triángulos que posteriormente transfirió a teatredros. De esta forma logró desplegar la información del geoide terrestre en un rectángulo manteniendo las proporciones.
Entonces, ¿todos los mapas están mal?
No hay mapas perfectos y si buscamos la reproducción más fiel de la realidad todos los mapas están mal. Lo ideal sería utilizar el globo terráqueo pero no es práctico. Entonces, ¿qué hacemos?. Simple: a la hora de elegir un mapa debemos escoger aquel cuya proyección se ajuste más a nuestras necesidades y no deberíamos dejarnos influir por su fama o por ser el más utilizado por los organismos internacionales. Es decir, que si lo que queremos es navegar, quizás lo más acertado es elegir un mapa de Mercator. Por tanto, debemos reflexionar sobre lo que necesitamos y elegir asumiendo que ningún mapa es perfecto.